No me digáis que no es posible.
Al menos, no me lo digáis.
Dejadme
como se deja al loco en su utopía.
Dejadme con mi obstinación irracional
a quien la lógica no sirve.
No me digáis que no.
No digáis nada.
Ya sé, ya sé que todo
puede ser explicado.
Lo sé, pero no importa.
Lo sé, pero es inútil.
Nunca os diré que sí.
Nunca.
Simplemente, me gusta
mi trasnochado corazón,
mi tozuda locura
simplemente.
Me gusta ser así.
Francisca Aguirre
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